lunes, 20 de octubre de 2008

Dos pequeños huesos cambian la Historia Natural

Hace un tiempo vi la película Misión Imposible. En algunos momentos los personajes utilizan máscaras de látex para hacerse pasar por otras personas, y como complemento perfecto para imitar la voz de los suplantados utilizaban un dispositivo flexible con circuitos que adosaban a su cuello a la altura de la garganta. Imagino que sería una especie de procesador que mediante impulsos eléctricos modificaría la presión sobre las cuerdas vocales en la laringe, consiguiendo así el timbre adecuado.
En su momento me pareció una fantasmada. Aunque bien pensado, conociendo cómo se producen los sonidos que llamamos "voz", tiene poco de ciencia-ficción.

El asunto viene al caso porque en medio de nuestra garganta está la explicación del leguaje hablado. Al menos, la parte física. Se trata de la presencia del hueso hioides.
El único del cuerpo humano que no está unido a otro. Un hueso impar, y simpar, con una forma en herradura que envuelve la laringe y contribuye, por la particular ubicación de la misma (más abajo que la del resto de homínidos), a hacernos únicos a la hora de hablar. Sí, es cierto que a nivel de efectividad evolutiva parece un retroceso, ya que nos impide respirar y tragar simultáneamente (sólo los bebés de hasta tres meses pueden hacerlo, y después crecen transformando la disposición de la glotis).
Se han hallado hioides en yacimientos de Sapiens (h. 35.ooo a.C.), Neanderthales (h. 100.000 a.C.) y lo que es más alucinante, en Heidelbergensis (h. 300.000 a.C.), en Atapuerca.
Esto supone que ya mucho antes de lo que se creía, nuestros antepasados eran capaces de emitir sonidos muy semejantes a los nuestros actuales.

Pero falta algo: Capacidad física no implica capacidad intelectual. Al menos a nivel de laringe. Pero... ¿y a nivel de cráneo? Eureka! En la base del cráneo está la segunda clave de nuestro lenguaje, la que explica la parte intelectual. Y gracias a otro huesecito, el esfenoides.
No, no es que me haya equivocado de gráfico. No estamos viendo una cadera, sino que la base de nuestro cráneo es así. Es asombrosa y paradójica la simetría de formas que podemos abarcar en el cuerpo humano. Incluso invita a pensar en un diseño preestablecido, con intenciones de perfección. Casos como este paralelismo de formas entre el soporte del cráneo y el soporte del abdomen quizás son los que alientan la explicación creacionista del "diseño inteligente".
Mejor que intentar explicarlo con mis palabras, copio y pego de la wikipedia la parte del artículo más relevante para la cuestión que os presento:

Importancia del esfenoides en la evolución humana

Estudios recientes sugieren la hipótesis según la cual los cambios (por mutación) de la posición del esfenoides han implicado transformaciones en la capacidad cerebral y, transitivamente, avances en las capacidades cognitivas e intelectuales.
Dentro de la línea filogenética que desemboca en el Homo Sapiens Sapiens se periodizan las siguientes etapas:

  • Hace 60 millones de años los prosimios tenían un esfenoides horizontal y plano como la inmensa mayoría de los demás animales con cerebro.
  • Hace unos 40 millones de años, en los simios el esfenoides tenía una primera inclinación hacia abajo lo cual permitía un aumento de la capacidad encefálica. Los lóbulos occipitales obtuvieron más espacio y así se logró un perfeccionamiento de la visión estereoscópica y probablemente de la memoria visual.
  • Hace menos de 12 millones de años se produjo una nueva inclinación hacia abajo, esto en la línea evolutiva dio origen a los antropoides, lo cual implica un cerebro aún mayor en proporción al resto del cuerpo.
  • Hace unos 6 millones de años, con los Australopithecus, la inclinación del esfenoides se volvió a acentuar, y con ello se incrementó la capacidad neurocraneal.
  • Hace 2 millones de años se produjo la misma inclinación hacia abajo del esfenoides, coincidiendo con un total bipedismo. Tal bipedismo, supone la necesidad de un cerebro voluminoso con redes neuronales complejas como para mantener esa posición opuesta a la gravedad. Es también probable que esa nueva posición del esfenoides permitiera un habla rudimentaria, cuyos fonemas eran chasquidos y tonos guturales.
  • Entre 200.000 y 160.000 años atrás el esfenoides obtuvo la inclinación que se encuentra en el Homo Sapiens Sapiens. Este hecho coincide con un aumento de la capacidad cerebral, (en especial de los lóbulos frontales) y una mayor irrigación sanguínea para el cerebro.
Igual a muchos os parece un pestiño. A mí me responde muchas preguntas.

2 comentarios:

Paula dijo...

Acabas de aclararme una de mis dudas existenciales:la situación del esfenoides humano. Ahora todo cobra sentido.Pero necesita un matiz: en algunos hombres la situación está un poco "descolocada" respecto al original, creo que lo tienen un poco más caído y eso explicaría lo de la segunda cabeza.
Je,je,je.

Majo dijo...

Buenas,

¿Y qué preguntas te responde si puede saberse?

Biquiños mil!!!!

;)