miércoles, 31 de diciembre de 2008

El Mundo

A mi padre.

Te tengo siempre presente. Entre las mil cosas que me enseñaste aprecio en especial el valor del viaje para hacerme persona. Los kilómetros que hicimos juntos, y los que he hecho desde entonces.
Espero que cuando llegue mi hora, sea o no consciente de ello, no sienta que me he perdido demasiados lugares, cercanos o remotos, que me habrían podido revelar algo especial, necesario, útil, o bello sobre quién soy. Y sobre qué somos.
Ya que me abriste las puertas, qué menos que dar un paso adelante. Me lo debo, y te lo debo.
He leído con interés cómo recurrimos a ciertos rituales para sentir que cambia, que gira nuestro mundo particular. Que el Nuevo Año sea un Nuevo Mundo, y termino éste en el blog como lo empecé, con los que vieron el Mundo con otros ojos, y se atrevieron a andarlo. Todos somos un poco Truman Burbank, un poco Cristóbal Colón.

Nos vemos en el Mundo.

lunes, 29 de diciembre de 2008

¿Fracasar?

Creo que muchos de nosotros vivimos una de las consecuencias de haber sido muy protegidos por nuestros mayores.
Creo que para evitarnos las dificultades que ellos pasaron, nos han protegido de tal modo que nosotros llevamos muy mal equivocarnos. Simplemente porque nos han ido resolviendo muchos problemas. Todo ello aderezado con el sentimiento de culpa que nos surge ( y que nos inculcan) cuando ven que fracasan sus expectativas con nosotros.
Confieso que sé que actualmente se trabaja por parte de los pedagogos en enseñar a los padres a que sus hijos resuelvan problemas ( no solamente lógicos, sino afectivos y de convivencia), para que su autoestima sea fuerte, y no les pase como a esta generación, que tantos "falsos fracasados" (licenciados trabajando de barrenderos, por ejemplo), o "autofracasados" ha dado.

Caerse de la burra

Es verdad que es muy doloroso sentirse equivocado, contrariado, arrepentido... Pero sólo cabe pensar que fallar, o fallarnos a nosotros mismos, forma parte del madurar. Si no decidimos nosotros, ¿acaso preferiríamos la comodidad de dejar a alguien que decidiese por nosotros?
¿Qué es mejor? decidir uno mismo, pudiendo equivocarse, o dejar que decida un marido, una esposa, una madre, un padre... otro.
Hay personas que se dejan conducir por la vida. Yo me he dejado llevar, y cuando decidí que prefería dejar de ser conducido, la primera sensación que se tiene es si fue un error ese cambio. Hay quien no puede afrontarlo, y sólo hace cambiar de dueño. Ten el valor de afrontar tus errores. Al menos son tuyos. ¿Prefieres vivir reprochando a otros lo que tú no te atrevieras a decidir?

Suerte

Una felicidad pequeña:
Bajo al super a llevar boletos para el sorteo de una cestorra de Navidad. Los estoy metiendo en la megahucha, que ya no caben. Y una señora, enjuta (mojamuta no), algo desdeñosa, me dice:
-¿Qué son, para las cestas de Navidad?
Y yo le digo:
- Sí señora.
Así todo muy barrio de los Alcántara.
Y ella me dice:
- Pues toma, estos tres. Total, yo no voy a venir.
La cajera, una chavala muy simpática, le dice:
- Señora, señora, que mire que la llaman al teléfono si gana.
Total, que no. Que la señora con la mano extendida, y yo con cara de:
-( ... a ver, ¿dónde está la cámara?... ummm... hoy vengo afeitado... no he sudado... no, no puede ser por la facha... pues nada, ocasiones asíNNN) En fin, que le cojo los boletos, y veo que la cajera, con cara de Lisa Simpson en morena, me ofrece un boli que escribe verde, y no lo dudo.
De repente se me aparece la cara del Hombre de Cristal de Amèlie, y me dice:
- No se pueden dejar escapar ocasiones asíiiii , y aunque me lo dice en francés subtitulado, yo me dejo llevar por el boli. Y mientras escribo, me da la risa.
Le digo a la cajera:
- Esto tiene que ser una señal , y aunque se lo digo en gallego con subtítulos, me entiende, y se ríe.
Pues nada. Que haya suerte. Pero eso sí, hay que salir a buscarla!!

... y todo, por unas copas de más...

Mañana por la mañana no lamentaré esto ni la mitad.
Cuando haya salido el sol, no recordará nada. Estoy segura.
Dentro de unas horas no parecerá tan violento.
Sólo se trata de cerrar los ojos y esperar, y esperar...
Que sea como un sueño, sin memoria al despertar.
Piensa, piensa, piensa...sal de aquí. Cuanto antes. Vete.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sexo

Hace más o menos un año, en otro lugar, escribí esto sobre el sexo en los medios de comunicación:

El sexo es una de las mejores cosas de esta vida. Si lo tienes, porque lo tienes, y si no, porque no. O porque lo tienes escaso, deficiente, problemático... Pero sí. Seguro que no sólo el 90% de los hombres, sino el 90% de la población, tiene el sexo en la mente muchas veces al día. Los publicistas lo saben.
Puede que lo que nos moleste de las intenciones sexuales del otro no es su deseo, sino que no coincide con el nuestro. Cuando uno mismo tiene deseo, de lo primero que se olvida es de que el otro puede no estar pensando en sexo. Aunque sea hombre.
Creo que estaría bien dejar de ver a las mujeres como damiselas candorosas y a los hombres como penes con piernas. Creo que todos tenemos sexo, y no hay que ser infeliz por ello.
No es extraño, no es escandaloso, ni es síntoma de problema alguno. Quizás es peor tener el sexo ausente.
... y me quedo tan oreao.
Que todos tengais mucho sexo estas Navidades!!! y todo el año, qué caray!

Dragones, unicornios, y dependencias simétricas


Para mí, que no soy psicólogo profesional, ni psiquiatra, psicoanalista, terapeuta, asesor de pareja, ni escritor de libros de autoayuda (:p), una "dependencia simétrica" es una relación personal en la que:
- cada participante (y pienso en dos, normalmente) siente que necesita al otro tanto, que no se considera capaz de ser él/ella mismo/a sin la compañía cercana, el apoyo, y la cooperación del otro (por esto, es una dependencia),
- los participantes sienten que reciben lo mismo que dan: Se sienten correspondidos (y por esto es simétrica).


Intentaré explicar esto:
- En primer lugar, dejar claro lo que está en negrita: En mi humilde opinión, los asuntos afectivos se miden en términos se percepción, de pareceres, de sentires, y son por tanto subjetivos, por mucho que cuando queramos ser tajantes usemos expresiones como "sinceramente" (se supone que uno va a ser sincero siempre con su pareja, pero la sinceridad es lo primero que desaparece, y casi siempre con la excusa del miedo a herirla con nuestra verdad), "objetivamente", etc.
Todo esto significa que no existe una sola verdad en las relaciones personales. Por supuesto tampoco la que estoy escribiendo aquí, que no es más que mi opinión.

- cuando uno siente que para ser él mismo (ser feliz, sentirse completo, etc.) precisa de otra persona, existe una dependencia. Una dependencia no es algo malo de por sí; para mí las dependencias son negativas cuando son desiguales, desequilibradas. Y para serlo, basta con que uno sólo de los participantes así lo sienta.

- Sobre el segundo punto, procurar tal simetría no depende, claro está, de nosotros. No del todo. Sólo la mitad. Para mí, visto así, es fácil de comprender:
Cuando uno siente, al principio de una relación, o pasado un tiempo, o simplemente cada vez que hace balance, que vive la relación de modo desigual, tendrá motivo de queja. La queja trae el reproche, el reproche la crítica, la crítica el rencor, el rencor la pérdida de confianza y del respeto. Y bueno, toda la cadena de trabas a la comunicación, que sería lo que podría solucionar tantos conflictos.
Por descontado, soy de los que creen que cuando sientes la necesidad de hacer balance, es que ya estás intuyendo que existe un desequilibrio, y eso te impulsa a comparar.

- Esto que acabo de mencionar lo considero aplicable a los dos grandes grupos de relaciones (ay, las marrditas etiquetas): Amor y Amistad. Pero, y ¿qué hay de todas esas "zonas grises"?
Puff, intentar definir por separado el amor y la amistad, anda que no se habrá intentado veces.
Yo ni lo intentaré. Al menos, en esta entrada.

domingo, 21 de diciembre de 2008

La firma

La mente en blanco. Ahora quisiera tenerla así. Quiero concentrarme y pensar en ti alegre. Pero este despacho, estas sillas de cuero, esa corbata, no me dejan. Quisiera acabar ya de una maldita vez.
Esta firma es una llave que abre una puerta, que abre todas las puertas. Hubo una época, demasiado larga, que imaginaba este momento como pura quimera. Después deseé verme arrastrado a esto. Y al fin, lo busqué.
Odio herirte, y creo que lo hago. Así es: Mi insinceridad ha hecho que esto tenga que ser así. Doloroso. Puedo pasarme décadas culpándome del dolor ajeno, pero eso no devolverá la salud al que sufre, ni cambiará la compasión por indiferencia. Ni siquiera puede llevarme atrás en el tiempo. Demasiadas mentiras con la falsa etiqueta de "amor". Mentiras a mí mismo, que se vuelven mentiras hacia todos. Hacia ti. Hasta hoy.
Esta firma es un pasaporte para un viaje a un lugar mejor. Para mí, pero para todos también. Esta firma es por fin la verdad que te mereces.

A propósito de "El Amante de Lady Chatterley"

Me gustó cómo está narrada la relación entre Constance y Mellors, en el sentido de que es muy auténtica, como ocurre con muchas relaciones humanas, en las que unos prejuicios iniciales dan paso al carácter profundo de las personas:
Hay un rechazo inicial, porque a primera vista, ambos ven en el otro una simple figura de una clase en particular. Ella ve un guardabosques lenguaraz, maleducado, grosero, y él ve una dama refinada y superficial.

Sin embargo, hay dos actitudes que hacen evolucionar esa relación, y un factor externo determinante: Las dos actitudes son hablar y f*ll*r, y el factor externo es el agente "Naturaleza". La Naturaleza es un personaje más, como en toda literatura que tenga aún un mínimo viso romántico. La lluvia, el Sol, el rocío, la noche, el viento, el claro del bosque, la espesura, las pendientes, el agua... todos son elementos con un valor real y otro simbólico, y que influyen en el estado de ánimo y en el comportamiento de los personajes.

En cuanto a las actitudes, es en la conversación neta, franca, sin formalismos, o más bien con formalismos usados con ironía y sarcasmo, sobre todo por parte del resentimiento de Mellors, donde vemos una evolución. Constance es un ariete con su franqueza en el muro de dolor de Mellors, y él empieza a verla como una mujer, no como una dama. Del mismo modo, la naturalidad y falta de pedantería de Mellors abre la puerta a una nueva percepción para Constance. La evolución en su apreciación del cuerpo de su amante es un ejemplo.
Aunque el primer encuentro sexual parece más bien un, no sé decirlo, un "forzamiento consentido" ( a ella no le agrada, pero permite, y siente curiosidad), y algo bastante mecánico, desolador, frustrante, activa resortes en ambos que les acercarán, saltarán por encima de sus prejuicios, y al provocar ternura, nacerá una confianza, complicidad, y surgirán varias revelaciones.

Las revelaciones son los verdaderos sentimientos y esperanzas de ambos personajes, que a medida que progresan en su relación física, lo hacen en su "espíritu de pareja" ( hay conceptos que no sé expresar). Y viceversa, el contacto personal y su humanidad, les hace ser más frecuentes y más completos amantes.
El sexo, con sus nombrecitos, sus variantes de traducción, nos ha resultado a veces chocante, otras, simpático, otras arrasador. La descripción de algunos orgasmos, para ser de los años 20, se anticipa con mucha puntería a los estudios de Masters y Johnson de los años 60, y es en ese sentido donde abundo con Babayu, sobre el feminismo que hay en reconocer y estimar el placer femenino. pero obviamente, también su valor intelectual, como liberación.

La mujer en esta novela es la heroína, sin duda. Acepto que Lawrence hace una crítica demoledora de su sociedad, y en esta novela mucho más autobiográfica de lo que él mismo reconocería, aparte de un homenaje a la mujer con la que cambió su vida, hace un reconocimiento de la mujer por antonomasia como "motor del mundo". El mundo que critica Lawrence es el mundo de los hombres, insensibles, nulos para la ternura (palabra que aparece como necesidad inmensa de los amantes), mientras apuesta por el símbolo que supone la unión carnal de Connie y Mellors: El retorno a la Naturaleza.
Creo por ello que esta novela es ante todo Feminista y Romántica, aunque no sólo eso.

Nunca rutina

Tú no me ves, porque no estoy ahí. Pero yo te veo. Las yemas de tus dedos recorren tu rodilla hasta el empeine, una caída preciosa y suave, a la búsqueda de algún pelito que afee el tacto de tu piel blanca y limpia, repasando cada pequeño trecho con las pincitas.
Se cuela por los visillos un aura más que una luz, un resplandor difuso de sol entre la niebla de la mañana, que ha venido a espiar a estos cuerpos que se aman, a ser testigo de la belleza que se regalan.
Ni siquiera me fijo en que estás desnuda, ni que la flexión de la izquierda sobre la derecha extendida oculta tu sexo, sobre el que hasta hace tan poco he estado descansando, y dibuja una curva que no puedo describir entre tu espalda y tus corvas.
El juego de los espejos me permite afeitarme mientras te admiro de reojo, y tú no lo ves, concentrada como estás en perfeccionarte más si cabe para nuestro siguiente encuentro. Pienso que los pliegues de las sábanas son como el vuelo de los vestidos en los Sorollas, y quiero esmerarme con el mentón y el bigote, para poder acariciar tus pómulos de nácar con mis mejillas, sin rascarte, sin resquicio para la aspereza, con toda la suavidad que pueda conseguir.
Ya estoy terminando... de nuevo, tu sonrisa me dice "ven".

viernes, 19 de diciembre de 2008

I'm so sorry, Mr. Wilde

Siendo cuasi-devoto de Wilde, admito su fascinación por la inutilidad del arte, y la verdad es sobrecogedor tan sólo aproximarse a la idea del arte como algo tan... no sé decirlo, ¿espiritual?
Pero la obra de arte es un acto del Hombre y para el Hombre. Siempre intenta comunicar algo. De hecho creo que el arte es expresión. Y creo que mal que le pese a Wilde, y a mi parte más poética, Kant acertó al describir el aspecto práctico del espíritu humano: Una obra de arte puede ser un detonante para la acción política.
Podemos entender entonces que el arte puede ser útil, cosa que horrorizaba a Wilde. Leyendo varias veces su relato del Jardín del Gigante Egoísta, encuentro una demoledora crítica a la sociedad de su tiempo, a través de una revisión de la figura del Cristo crucificado.
Creo que Van Gogh afirmó una vez ( está citado así en Cosmos, de Carl Sagan) "a veces tengo una necesidad total de...¿diré la palabra? ¡Religión! Entonces salgo al campo de noche y pinto las estrellas."
Creo que el Hombre es tan consciente como inconsciente de su espiritualidad. Hay quien cree en Dios como reflejo de esa espiritualidad. Yo creo que el Arte es otra de las expresiones de esa espiritualidad. Pienso en cuántas veces ha aspirado el Hombre a alcanzar lo "divino" a través de la obra de arte, porque el Arte, o la Ficción, son expresiones de la lucha del ser humano por abrirse paso más allá de sus limitaciones.
Me quedo con Feuerbach: La inconsciencia de las propias limitaciones lleva al Hombre a la idea de Dios. Para mí, la Ciencia y el Arte son las herramientas de la mente para superar esa inconsciencia. La Ciencia y el Arte nos hacen libres.

Verano del 82

Yo tenía nueve años.

A esa edad ya tienes héroes. Sí, es cierto que España nos había traicionado, y había hecho un mal papel. Con todo lo que nos habíamos ilusionado... Además, estaba Satrústegui, y Zamora, y Arconada. Yo era todos... pero perdimos.
El partido final. Alemania e Italia. Alemania como siempre, mal juego, dureza, mecánica, y a la final. Italia como siempre, rácana, suertuda, marrullera, y a la final.
Íbamos con Italia, ¿te acuerdas? Por Pertini, supongo. Amigos, Pertini no jugaba. Ni siquiera era el entrenador. Pertini, lo supe entonces, se había fugado del campo de detención en que a la mañana siguiente a su huida lo iban a fusilar los fascistas. Era un superviviente. Y tú lo admirabas, porque los que sobreviven son los verdaderos héroes.
Y marcó Alemania. El alma a los pies. La máquina aplastaba a los artistas. Sí, rácanos, marrulleros, pero artistas capaces de hacer magia con una simple pelota. Él era un segundón, ¿te acuerdas? E Italia empató, oh! qué emoción! Pertini se levantó, porque él volvía a resistir, ese buen anciano, a sus noventa años, de pie, alborozado junto al Rey, que le agarraba, intentando guardar las formas. Qué sabrías tú, Juan Carlos, de la sutil venganza de Pertini, con aquellos chicos en camiseta azul, a los que vería como a sus partisanos.
No era un partido de fútbol.
Y ya la memoria se me va, en "La Imagen". Ya no sé si fue el segundo, o el tercero de Italia. Creo que el segundo, pero no me importa. No me molesto si quiera en comprobarlo. Porque yo aún vivo en esos ojos tuyos desaforados, en tu mirada extraviada, en tu Imagen: Recibes la pelota, luchas con tu cuerpo, recibes la carga, la muralla alemana te cae encima. Caes al suelo. ¡El estadio grita!
Aún te mueves, estiras tu pierna, empujas la pelota, y GOOOOOOOOOLLLLL!!!!!! La pelota ha entrado! Ha entrado!! Papá!! Entró, entró!! Y Pertini salta!! Salta, Sandro, como cuando saltaste la verja de espino! Salta!
...pero tú estás inmóvil. Apenas pareces vivo. Y entonces surge el Azul: Te levantas, como izado por una bandada de ángeles. Levitas, como levita una chica enamorada, y estallas, estallas en un grito interminable mientras corres como en el vacío, con la mirada extraviada, y tus brazos corren por ti, y tus ojos, tus inolvidables ojos de héroe, nos han salvado.
Gracias, Tardelli, por un día de gloria para un niño.
¿Te acuerdas?

Sin hablar

Reconozco que la primera vez que vi cómo dibujabas un corazón sobre la "i", temí estar metido en una de esas películas musicales americanas en las que nadie se despeina al bailar, y todos van vestidos con colores chillones.
En la pizarrita de plástico de la cocina, las colas de tus ges, tus jotas y tus y griegas, parecen lacitos para pequeñas cajas de regalo, rojas, brillantes, envolviendo algúna joyita de las que usan las niñas buenas cuando juegan a los matrimonios.
Tú no eres una de esas niñas, que tienen a sus maridos como figurines, como las que los toman por Ken, el eterno novio de Barbie.
Apenas veo tu pelo sobresalir por el borde del sofá, absorta ante la televisión, mientras la taza de leche con cacao se balancea como otro juguete en tu pulgar.
En un minuto nos marcharemos al hipermercado, y nos pelearemos por un aparcamiento con gente que vive a cien metros de nosotros, pero que no hemos visto en nuestra vida.
Por el pasillo de las conservas te volveré a mirar, deseando que no estemos allí, y sabiendo que, aunque tengas esa lata de champiñones en la mano, estás pensando en mí del mismo modo...

- No, con tarjeta.

Blogs: Compartirse

Hablamos muchas veces de qué nos empuja a abrir un blog. Un diario, pero público, donde nos dejamos observar por conocidos y desconocidos a los que permitimos hacer comentarios. Un diario comentado, cosa que tiene sus pros y sus contras.
Nos encontraremos comentarios que nos alaben el buen gusto, o la profundidad de nuestros pensamientos. También comentarán nuestro estilo, y nos harán ver las mismas cosas con otros ojos. Todo enriquece. Alimento para el espíritu... aunque también para hinchar los egos. Visto así, no es tan diferente al trato cara a cara.
Cuando nos critiquen, casi siempre lo harán con tacto, a pesar de la ventaja que les da el anonimato. Puede ser porque todos cumplimos con una de tantas reglas no escritas de respeto mutuo, por el cual "si he venido a leerte es porque me pareces interesante", y a la vez, "si escribo algo también lo hago (alguna vez) pensando en que lo vas a leer".

Yo había leído en alguna parte que las personas felices no escriben diarios. Bueno, seguro que habría mucha discusión acerca de esto, igual que la hay acerca de la felicidad misma.
En mi caso, no es una cuestión de felicidad, sino de soledad. Por las decisiones que he ido tomando a lo largo de mi vida, aparte de haber sido siempre persona de pocos amigos, me encuentro ahora con pocos buenos amigos distantes. Y este invento de Internet no se me hace una adicción.
Al contrario, es una ventana más en mi casa por la que veo una calle, o una plaza, donde me encuentro casi a diario con esos amigos, y donde pasan también desconocidos afines, que han leido el cartelito que llevamos en la solapa, nuestra particular tarjeta de visita que es nuestro perfil de blogger. Ellos también llevan la suya, y son esos rasgos afines los que aproximan a las personas.

Viéndolo así, es por lo que me he decidido a traer aquí algunos escritos que tenía esparcidos por otros "mundos" virtuales. Deseo compartirlos, porque deseo compartirme. No espero que os gusten. Prefiero que consigan daros que pensar, y me gusta la idea de que compartais conmigo vuestros puntos de vista, sobre todo cuando sean distintos. En fin, es una manera de no sentirme solo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Las Órbitas de los Cuerpos Celestes

En esta entrada mezclaré cosas... para variar. Mezclaré el significado de un giro copernicano con algo parecido a una declaración de amor. No sé. De gratitud, seguro.

Después de 1.500 años de oscuridad, Copérnico puso las cosas en su sitio. El Sol en el centro, y la Tierra a sus expensas. Para mí es éste el verdadero hecho crucial que hizo renacer a la Humanidad.
Del mismo modo, el ser humano, con el cambio de perspectiva, empezó a dudar y a hacerse preguntas. Y no sólo eso, sino mejor aún: Empezó a darse respuestas nuevas para las preguntas de siempre. Nuevas respuestas trajeron nuevas dudas, y éstas a su vez nuevas preguntas, y así empezamos a crecer. La Razón sustituyó a la Fe, y lo relativo, a los dogmas. La lógica y el razonamiento han hecho por nosotros mas que toda la Fe del Mundo. Nos han llenado de dudas, de relatividad, y de muchas incertezas... pero nos han hecho libres.


En mi vida, pasó igual. Un día hubo un giro copernicano, y nací de nuevo. O de veras. No sé a quién le leí que todos nacemos dos veces: El parto, y la madurez (por desgracia habrá quien no nazca más que la primera).
Hoy me atrevo a compartir esto aquí. Sin engreimiento ni inmodestia. Seguro de que hay muy pocas cosas seguras en esta vida. Una es la Muerte, y la otra... no, no son los impuestos.

La otra es el Amor. Pero calma, no he sucumbido al fantasma de Jesús Puente, no es el amor tradicional, el de toda la vida, ése es el más falso. Hablo del que nos mueve a actuar libres, el que nos salva, el antídoto para tantas incertidumbres. Explica y justifica nuestro instinto sociable, es el que hace posible que nuestra voz interior sea la de otra persona, que se pueda vivir con la sensación sobrenatural de que percibimos una nueva dimensión de la mano de otro. De que sólo podemos ser del todo nosotros mismos porque existe otro que nos completa.

Podemos pensar que alguien así es un milagro... o milagro: podemos pensar que nosotros somos el milagro de otro, porque todos somos Copérnicos a punto de reordenar el Mundo de alguien.

Ésta es mi declaración. De amor o de gratitud, a mi propia Copérnico.

jueves, 11 de diciembre de 2008

¿Y si...

... todo esto no fuera más que dar vueltas y vueltas a La Culpa?

Los "debería" atacan de nuevo:
- debería cuidar más a mis amigos... yo que tengo el "defecto" de encerrarme,
- debería ocuparme más de los demás... yo que vivo mejor que tantos,
- debería corresponder a lo bien que me tratan... yo que no merezco tal fortuna,
- debería ser mejor persona... yo que tengo tanto que ofrecer a los demás.

Pero se encuentran de frente con el ejército de los "soy libre":
- soy libre para hacer lo que quiera... yo que he obedecido siempre,
- soy libre de llevar hasta el final mis actitudes... yo que nunca quise molestar,
- soy libre de perder crédito ante los demás... yo que gané coherencia ante mí mismo,
- soy libre para preferir una soledad honesta... yo que (me)mentí para no estar solo.



Y en medio de esta lucha diaria vivimos nuestras relaciones con los demás. A veces, una canción, un poema, una noticia, una risa, una foto, una ausencia o una muerte cambian el cariz de esa lucha, y nos sentiremos... como halcones llamados a las filas de la insurrección; o nos sentiremos mal, derrotados y confusos.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Re-Uff!! (Explicación de la anterior)

Recibí una propuesta para explicar mejor mi anterior entrada, con una lista de preguntas, y después de consultar con la persona implicada, aceptó que publicara mis respuestas, ya que creo que servían para aclarar lo expuesto en la entrada anterior:


.- ¿Es una exposición escrita de lo que estás viviendo ahora, o es un pensamiento de carácter general sobre la amistad desde un punto de vista particular?
.-En el primer supuesto, ¿qué ha generado este pensamiento?
.-Siguiendo con el mismo supuesto, ¿no crees que es muy fácil no arriesgar al 100% y así culpar al otro cuando las cosas no salen bien?
.-¿Por qué crees que la etiqueta que los otros le ponen a la amistad no se corresponde con la realidad? ¿Según qué patrones la mides? ¿Quién está equivocado?



Respuesta a tu primera pregunta: Es una exposición escrita de lo que estoy viviendo ahora, Y, es un pensamiento de carácter general sobre la amistad desde un punto de vista particular.
Es ambas cosas. Es una reflexión acerca de lo que vivo. Dado que todos buscamos certezas, una forma de tenerlas es sacar cosas en limpio de lo que nos sucede, y de cómo nos relacionamos. Tengo por certeza que existen muchos matices en las relaciones, sean de amistad o de amor. Con tal que la idea que tengan cada uno de los dos participantes en una relación difiera en su concepto, en sus intenciones, en sus intereses, llamarán a dicha relación de modos diferentes, esperarán resultados diferentes de ella y la vivirán con actitudes diferentes.

Respuesta a tu segunda pregunta, ¿qué ha generado este pensamiento?, la respuesta es sencilla: El cúmulo de experiencias en mi vida, sobre las cuales, como digo, reflexiono, y saco conclusiones para poder vivir con certezas en las que asentar mis criterios. Como todo hijo de vecino, espero...

Respuesta a tu tercera pregunta: Decirte que me interesó especialmente, por lo siguiente: En tu pregunta, tal como la formulas, intuyo una actitud de reprender ante otra actitud, típica en muchas amistades, que hayas podido encontrarte en tu vida, y que te desagrada. Eso sesga la pregunta, ya que en el enunciado manifiestas una opinión que deduzco ya tienes ante una cuestión sobre la que se supone que estás preguntando.
Pese a eso, respondo sin cautelas: Es muy fácil no arriesgar al 100%, se trate de amor o de amistad, o de "loquequieraquehayaenmediodetalesextremos". El miedo a no gustar, a ser rechazado, a la soledad, y/o la necesidad de pertenecer a, y/ o de depender de, y/o la necesidad de que dependan de nosotros, son todas ellas causas y explicaciones para actitudes de reserva ante los demás. Y están a la orden del día.
La segunda parte de tu pregunta es lo más sustancioso de una legítima crítica a esa actitud que según parece se conoce como de "pasivo-agresivo": No trabajar en pro de algo, y después no sentirse parte del problema. Bien. Como ya sabes, dado que has leído mis anteriores comentarios sobre este tema, estoy con los que critican tales actitudes. Por experiencia propia. Antes que fraile fui monje, y cometí muchas veces el error de vivir pensando que las cosas que me sucedían no podían ser culpa mía, ni en parte.
Cuando alguien te ofende una vez, es culpa suya. Cuando te ofende dos veces, es culpa tuya. Y si yo no aprendo de eso, cuando me suceda a mí, aunque sólo sea la primera vez, también será culpa mía. Los errores, propios y ajenos, están ahí para que aprendamos de ellos.

Respondiendo a tu cuarta pregunta, lo siento, pero tal como la planteas, creo que no me he explicado lo bastante claro. Te diré qué pienso, y qué no pienso, con otras palabras:
No pienso que las etiquetas que otros ponen no respondan a la realidad, y que las nuestras sí. Pienso que "la realidad" no es ni de uno ni de otro, puesto que es una opinión, y la de uno vale tanto como la de otro, y ninguna es mejor. En otras palabras, pienso que en las relaciones humanas, casi nunca hay una misma verdad para ambos miembros, y es por eso que las etiquetas casi nunca coinciden.

Por eso, respondiendo a tus otras preguntas, te digo que no mido la realidad, porque no es un patrón. Por tanto, en respuesta a "¿quién está equivocado?": Nadie. Cuando están enfadados, o furiosos, si se lo preguntas a uno, dirá que el otro, y si se lo preguntas al otro, dirá que el uno.
Lo importante es que se les pase el enfado, y que al menos uno de ellos sea capaz de decir "es culpa mía", sirva o no sirva.

Conócete a ti mismo, dice el oráculo de Delfos, ¿verdad? Eso es lo verdaderamente valioso. Teniendo eso, todo lo demás es posible.

martes, 9 de diciembre de 2008

Uf!!

A veces no es que no tengas nada que decir, es que no te sale. Tienes ideas rondando en tu cabeza, y tienes unas cuantas cosas claras, pero no encuentras las palabras justas, o las frases que lo digan tal como lo sientes.
Cuando tenía pareja pensaba en los problemas de comunicación con la pareja. Ahora pienso en los problemas de relación con los amigos. Estoy recordando canciones de los Beatles, como The End, cuando dice "and in the end/ the love you take/ is equal to the love/ you made".
Bueno... según.

Yo creo que el estado más corriente de las relaciones es el desequilibrio. Y claro, como es una percepción del todo subjetiva, lo que para uno es mucho, para otro puede ser muy poco, y viceversa. Pero no es egocéntrico sentir que no se recibe correspondiendo a lo que se ofrece, igual que casi nunca es engreído sentir que se pone más de lo que se gana. Yo soy de los que creen que quien más puso más perdió. Seguro.

El caso es que si hay muchas clases de relaciones de pareja, cuántas no habrá de amistad... Pero quizás sea ése el auténtico problema: Antes que ser o no correspondido, el poner etiquetas con nombres que no coinciden. Lo hacemos todos. Imagino que es por pura supervivencia, al fin y al cabo necesitamos organizar nuestras relaciones en orden de importancia, necesitamos certezas en el día a día, y no digamos ya seguridades para el futuro. Esto último suele convertirnos en miedosos.

En fin, para mí la clave es como ocurre con tantas clases de relaciones, como en política, que las mismas palabras significan cosas diferentes para cada persona, y se requiere mucho tiempo, y muchas conversaciones con sustancia (cada vez hablamos de cosas más superficiales) para esclarecer qué es la verdad, y si puede haber una misma verdad para dos personas. Quién sabe, ésta podría ser una definición de amistad o de amor válida para algunos. Para mí lo es.