domingo, 4 de enero de 2009

Tu voz

... y te encontrarás muchas veces en esa situación amarga de pensar que estás en un lugar en el que las cosas cambian a peor. Y dudarás de si vale la pena intervenir y luchar, porque sea precisamente el silencio de los dóciles lo que alimente ese cambio. O pensar quizás que ese cambio es inevitable, por mucho que luches, porque luchar es justamente lo que lo hunde, lo que hace que cambie a peor.
Haz lo que quieras, siempre. Pero entonces no te arrepientas, porque si exiges libertad para decirlo, sé al menos fiel a tus palabras. Si con ellas te derrotas, aunque no fuera ésa tu intención, haz tus maletas y recoge tus cosas. No es el fin del mundo, es sólo un mundo distinto.
Sí. Es verdad. Siempre te he dicho que al sistema se le vence desde dentro, aunque sea paradójico. Muchas veces he dudado de un principio tan sólido, porque vivir dentro del sistema obliga a comulgar con todos sus defectos.
Marcharse es muchas veces huir. Callarse es muchas veces otorgar. ¿Y quién puede saber seguro cuándo no lo es?
Ahora que estás de nuevo en la trinchera me miras, y ves que estoy contigo, a pesar de la distancia. Buscas en mi cara una respuesta a si voy a luchar, porque tú lucharás conmigo.
Lo sé.

1 comentario:

Majo dijo...

Nietzsche ya lo sabía, eh? ;)