domingo, 9 de noviembre de 2008

Atando cabos


Hace poco vi "Atando Cabos", cuyo título original es "The Shipping News". Se refiere al trabajo que, como periodista, debe realizar el protagonista, encarnado por Kevin Spacey, en su nueva vida en Terranova.
La historia tiene mucho de cuento con moraleja, y así se nos presenta, con un paisaje y una banda sonora espectaculares, que enfatizan la dureza y lo adverso de las condiciones de vida cotidiana para los personajes.
Me gustó especialmente el que interpreta Scott Glenn, actor muy válido, que apenas ha pasado de secundario en muchas películas, como El Silencio de los Corderos, o La Caza del Octubre Rojo. Su rol es la antítesis del de Kevin Spacey, un completo perdedor de la vida que, trasladado a Terranova por avatares de familia, aprenderá rápido a luchar por soltar el lastre de dolor, parálisis y frustración que supone su pasado y el de su familia.

Me gusta el trato que se hace en esta película de uno de esos que podríamos llamar temas fundamentales en el imaginario colectivo americano: La redención.
No debemos ignorar el hecho histórico del nacimiento del Nuevo Mundo: Las tierras de América del Norte fueron colonizadas originariamente por personas que huían de Europa perseguidas por sus convicciones, puritanas y fundamentalistas, que vieron la Nueva Tierra (nunca mejor traída aquí Terra Nova) como la tierra prometida, una tierra de redención, de una "segunda oportunidad". Y eso es lo que tendrá nuestro protagonista.
Además, "Atando Cabos" está llena de elementos también clásicos en la tradición narrativa americana. La magia, el naturalismo, o el realismo mágico, desbordan su presencia en una sucesión de maldiciones familiares, sucesos extraordinarios, y personajes fantasmales, que saltan la barrera del tiempo y del espacio, como apariciones en la mala conciencia del protagonista.
Los muertos apareciendo en momentos puntuales, enseñándonos lecciones, convierten la película en una historia de crecimiento personal, un Bildungsroman, siguiendo así una tradición narrativa europea, introducida en la literatura americana en inglés por autores tan mágicos como Washington Irving, Nathaniel Hawthorne o Edgar Alan Poe (esa casa familiar atada al suelo, amenazada constantemente por la ventisca, y que es finalmente desguazada por la tormenta, recuerda mucho a la simbólica caída de la casa de Usher de Poe).
En fin, un montón de elementos atractivos, completados con un reparto estupendo, que hicieron de esta peli un regalo para mí. Me quedo con el titular del final: Una gran tormenta se lleva una casa, dejando... un hermoso paisaje.

2 comentarios:

Majo dijo...

Sabes que me alegra que te gustara. Y ya puestos, me encanta tu nuevo diseño!! Adiós! jeje...

maruxiña dijo...

Hola!!!

Qué susto me he llevado, pensé que me había equivocado de blog jijiji (festival del humor).

Ahhhhhh Muchas felicidades para Alex.

Biquiños!!!