Coged las rosas mientras podáis Veloz el tiempo vuela. La misma flor que hoy admiráis, Mañana estará muerta...
Whitman nos invita a tomar las rosas mientras podamos.
Yo escucho y disfruto. Cuando vuelve el silencio, me quedo pensando que antes que tomar esta rosa deseo cuidarla, compartir su mismo sol, traérselo a los pétalos, limpiar el suelo que la hace brotar, asegurarme de que no le falte agua... Podar las hojas que merman su esplendor, protegerla de los vientos y las tormentas, y reconocer noches y días el regalo de su compañía.
Sé que entonces no tomaré la rosa como el poeta me invita, sino que la rosa se entregará a mí con gusto, convirtiendo el momento en algo perfecto. Porque se disipará el miedo de no ser digno, desaparecerá la duda de valer la pena, y la rosa y su jardinero se merecerán el uno al otro como un solo ser.
Unos cuerpos son como flores
Unos cuerpos son como flores, otros como puñales, otros como cintas de agua; pero todos, temprano o tarde, serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre. Pero el hombre se agita en todas direcciones, sueña con libertades, compite con el viento, hasta que un día la quemadura se borra, volviendo a ser piedra en el camino de nadie. Yo, que no soy piedra, sino camino que cruzan al pasar los pies desnudos, muero de amor por todos ellos; les doy mi cuerpo para que lo pisen, aunque les lleve a una ambición o a una nube, sin que ninguno comprenda que ambiciones o nubes no valen un amor que se entrega.
Luis Cernuda.
Whitman nos invita a tomar las rosas mientras podamos.
Yo escucho y disfruto. Cuando vuelve el silencio, me quedo pensando que antes que tomar esta rosa deseo cuidarla, compartir su mismo sol, traérselo a los pétalos, limpiar el suelo que la hace brotar, asegurarme de que no le falte agua... Podar las hojas que merman su esplendor, protegerla de los vientos y las tormentas, y reconocer noches y días el regalo de su compañía.
Sé que entonces no tomaré la rosa como el poeta me invita, sino que la rosa se entregará a mí con gusto, convirtiendo el momento en algo perfecto. Porque se disipará el miedo de no ser digno, desaparecerá la duda de valer la pena, y la rosa y su jardinero se merecerán el uno al otro como un solo ser.
Unos cuerpos son como flores
Unos cuerpos son como flores, otros como puñales, otros como cintas de agua; pero todos, temprano o tarde, serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden, convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un hombre. Pero el hombre se agita en todas direcciones, sueña con libertades, compite con el viento, hasta que un día la quemadura se borra, volviendo a ser piedra en el camino de nadie. Yo, que no soy piedra, sino camino que cruzan al pasar los pies desnudos, muero de amor por todos ellos; les doy mi cuerpo para que lo pisen, aunque les lleve a una ambición o a una nube, sin que ninguno comprenda que ambiciones o nubes no valen un amor que se entrega.
Luis Cernuda.
2 comentarios:
"Mientras hablamos, huye el envidioso tiempo. Aprovecha el día, y no confíes lo más mínimo en el mañana."
Un saúdiño meu!!!!!
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