martes, 27 de octubre de 2009

Que todo te vaya de fábula

Al niño que es. Al hombre que será.

La vida es un juego. Ahora lo es. Y después será un juego de la memoria. Rescatarás una parte de aquello, porque no es posible recordarlo todo. La mente se protege contra el dolor, pero ahora que apenas has juntado un ramo de espinas, juega.

Hay noches en que leemos cuentos de animales. Imagino que vienen de aquella época en la que todos vivían, vivíamos, en el campo. Sólo había aldeas, y hasta las ciudades eran solo aldeas más grandes. Así que los hombres, conviviendo en sus granjas, pastos, sembrados y bosques, con zorros desdeñosos, cuervos fáciles de adular, cerditos vagos… gallos presumidos y gallinas ingenuas, volcaron en ellos las flaquezas y virtudes de su naturaleza humana, y reflexionaron con esa belleza que reside en la sencillez de la filosofía del sentido común, para encontrar ese progreso del espíritu que llamamos “aprender”.

Los capítulos y pasajes de tu vida no terminan con una moraleja. Tendrás que sacársela tú, pero ay de ti si te equivocas al entender el mensaje, y tomas el atajo del bosque por haberte distraído antes en el camino.

Te dejo miguitas de pan por si te pilla la noche. No olvides que en todo hombre que ansía la libertad hay un pájaro que lo simboliza, y hoy te traigo un pasaje de una preciosa fábula con moraleja para toda la vida:
Un hombre-pájaro, humilde, sencillo, sin grandes aspiraciones ni ideales, solo procura la felicidad, pero contra su voluntad campan los caprichos de fuerzas superiores a él. Quizás el hombre corriente está llamado a grandes empresas por el azar, o quizás por el destino. El día y la noche, la Luz y la Oscuridad, luchan en guerra abierta manejando a su antojo el destino de los hombres.

Pero hay algo por lo que vale la pena luchar, y es lo que explica nuestra naturaleza: Amamos y somos amados. Hombres y pájaros. Y como los personajes de esta fábula, me pregunto, y te preguntarás: Es ist das höchste der Gefühle? ¿Es éste el más elevado de los sentimientos?

18 comentarios:

Majo dijo...

Escuché un día mientras miraba para otro sitio (por eso no sé quién lo dijo): "alguien que dice "lo pasaremos de fábula"... ¿en qué mundo vive?". Se referían a Álvaro Bultó, un chico con cara de buena gente pero al que se ve que le cogieron manía vete tú a saber por qué. Era un programa del corazón, y la frasecita les hizo reírse de él a base de bien.

Ayer leí a Punset explicando la importancia que tienen las palabras a veces y cómo se nos clavan, ¿verdad, amigo? Cómo se sueltan -espero que bien pensadas, coherentemente pensadas, al menos-

Me decías hace nada que puede que tenga razón cuando te digo que "eres un ser sano". Recalco lo de ser por las connotaciones casi irreales que tiene.

No se encuentra buena gente como tú por el mundo. Sin ir más lejos, aquí me tienes, sin dañar a nadie pero sin tu puntito de ingenuidad, que tan bien te hace (he ahí los resultados).

"Que te vaya de fábula..." Deberíamos elegir cada palabra, dicha o escrita, con el mayor de los mimos y cuidados, como cuando elegimos las fotos de nuestro blog, con esmero, procurando que hagan mejor el conjunto.

Yo preferiría que no fuera así, que no le fuera "de fábula", porque si nos alejamos del significado de la frase hecha, ¿qué nos queda? "fábula"... y ahí podría encontrarse con todo tipo de fauna, ¿no? Y sí, puede que al final todo termine enseñándonos y haciéndonos callo, pero recuerda aquel jarrón lleno de irregularidades. Hay cosas irreparables.

A través del espejo dijo...

Joderrr. Pues muy agradecido por tu reconocimiento. Aunque si ahora puedo parecerme un poco al retrato que me pintas, no olvido (y no olvides) el camino andado y el precio pagado para ello.

Y mira, yo sí prefiero que le vaya de fábula. O sea, que tenga ese mismo puntito de ingenuidad que le haga reír donde otros odian, y que le haga ignorar donde otros toman la palabra.
De hecho, en esa línea paso mis horas con él. Sin confundir la guasa y el entusiasmo que ambos ponemos, con el "coleguismo" o la falta de autoridad.

Y en cuanto al jarrón en apariencia entero por fuera, pero con las líneas de fractura por dentro... no conozco ningún jarrón entero por dentro. Por seguir la metáfora hasta el final, lo que creo es que todo jarrón, tarde o temprano, se rompe.

No es cuestión de sí romperse o no romperse. Sino de cómo queda una vez pegado.

Majo dijo...

¿De cómo queda una vez pegado?

Muchísima química, muchísimo "decíamos ayer" tiene que haber ahí para que ambos se comporten como si nada y, una vez hechos los reproches, se siga como si tal cosa.

Ahora, encontrar esto es un tesoro, y hay que procurar no perderlo.

Y ya creo que me volví a desviar... ¿hace tiempo ahí ya de castañas? aquí sigue la eterna primavera...

Majo dijo...

Ahhh... y muuuucha paciencia :D

Rosa dijo...

"Un hombre-pájaro, humilde, sencillo, sin grandes aspiraciones ni ideales, solo procura la felicidad"

Y que tristeza que esa sencilla pretensión de tan sólo procurar la felicidad se haya convertido en este mundo en una verdadera hazaña.

Debería ser todo más sencillo, o tal vez lo séa y yo no lo vea.

Cuando mi hermana llegó el primer día a su trabajo, un instituto con un porcentaje de inmigración altisimo (no sé decirte número, pero el más alto de la provincia) y por tanto con problemas multiculturales importantes, la jefa de estudios, una profesional que ama su trabajo, simplemente le dijo "mira, esto es muy sencillo, solo es cuestión de querer y que te quieran".

Esa sencillez es la que quizás yo no tenga y la que admiro en otr@s.

Yo también deseo que mis hijos lleguen a ser "hombres-pájaros, humildes, sencillos, sin grandes aspiraciones ni ideales, solo procurar la felicidad". Es una gran aspiración esa??.

Besos

A través del espejo dijo...

Majo:
Me temo que mis palabras en cuanto a los jarrones rotos no se ciñen sólo a desengaños de pareja ("...para que ambos se comporten como si nada..."), sino a todo desengaño en general, a perder la inocencia... y por tanto la ingenuidad de la que estoy hablando.

Por eso justamente entiendo que es un jarrón lo que se eligió para hacer la metáfora. Porque es frágil y hermoso (como la niña jugando con las flores en el jardín, que diría Antonio Vega), y porque puede seguir siéndolo, aunque por dentro esté lleno de líneas de rotura... cicatrices.

Rosa:
Tendré que ir creyéndome lo de que la felicidad es una conquista o una hazaña porque al ser tan importante, me da que acabamos aceptando que debe ser algo lejano o inaccesible, como un palacio en la cima de un precipicio.

Y sólo es un estado de ánimo, pero depende tanto de que cumpla nuestras expectativas, que cada vez que no es así duele el doble que el anterior. Cada nuevo desengaño suma el recuerdo del anterior.

Por eso es tan difícil, pese a lo sencillo, lo que dice la jefa de estudios: "Sólo es cuestión de querer y que te quieran".

Casi nada. ¿Estará el problema en creer que "querer" y "que te quieran" siempre tienen que ir unidos? ¿En que esperamos que sean causa y efecto?
Quizás eso es lo que diferencia al optimismo del pesimismo.

En fin, que respondiendo a tu última pregunta, procurar la felicidad no es una gran aspiración ni un gran ideal.

Sí que se convierte en eso cuando la gente se priva de sus pequeñas dosis, y la posterga una vez tras otra, y la convierte en un premio gordo al final de mil penalidades. Esto suele hacerse, mintiéndose mucho o poco, cuando se sufre con frecuencia y con un fuerte sentimiento de injusticia, persuadiéndose de que la felicidad llegará como un premio que el destino nos tenía preparado, en plan Oliver Twist, sin darnos cuenta de que tenemos mucho más que decir en lo que nos sucede de lo que creemos.

¡Qué pregunta, Rosa! La felicidad... Es una actitud para toda la vida, para todos los momentos, los rutinarios y los trascendentales. Los del día a día y los que te cambian la vida.

Besos verborreicos.

Cris dijo...

Amar y ser amado arrastra muchísimas otras acciones y sentimientos "buenos".
Pero yo no lo veo tan sencillo.
En la moraleja es muy dificil no euqivocarse a veces. El mundo es taaan interpretable...

Besos...

Majo dijo...

Más vale tarde que nunca...

pero decir que, si bien no me referí al desengaño en general al que tú te referías, tampoco lo hice al de pareja (entendida como dos que se aman, que "pareja" pueden ser dos cualquiera que se comunican)

Anónimo dijo...

Esos mundos aldeanos de los cuentos de hadas para mí siempre han sido más de mentira que, por decir algo: un planeta ajeno en una historia de ciencia ficción.

A través del espejo dijo...

Le he estado dando vueltas. En definitiva, ¿de qué trata la entrada? De la ingenuidad. Y una vez más, las palabras nos confunden, porque nos limitan: La palabra es la misma, pero todos vemos que no es igual la ingenuidad debida a la inocencia que la debida a la ignorancia.

Quizás por eso una sea menos tolerable que la otra. No es por aldeana, sino porque tiene menos disculpa.
Por eso:

Cris,
Es difícil no equivocarse, sobre todo cuando estamos más dispuestos a aceptar que equivocarse es la única manera de mejorar.
Me refiero a que toleramos los errores por inocencia, y somos menos indulgentes con los de la ignorancia, por más culpables, sin atender a que los primeros pueden hacer mucho más daño.

Majo,
A los efectos, acepta aquí "pareja" como relación entre dos, sea amistad, amor... o incluso matrimonio. ;p

Navaja en el ojo,
Me encantaría estar de acuerdo contigo, pero no puedo: Creo que la ingenuidad aldeana es tan real que sigue viva hoy día, por muy grande que sea la ciudad. Pienso en las audiencias de Tele 5, por ejemplo.

Besos ingenuos.

Pilardepiedra dijo...

Me encantan los cuentos, me encantan los juegos y estoy contigo en que la vida es un juego y que los cuentos son las pequeñas historias que ocurren en nuestras vidas. Saludos y con tu permiso me hago seguidora tuya.

A través del espejo dijo...

Bueno, pues desde el trabajo, decirte pilardepiedra que estoy entre encantado y ofendido con ese "con tu permiso" tuyo.
Supongo que es una de esas leyes no escritas del mundo blog, que obliga a ciertos formulismos de cortesía entre blogueros...

Sáltatelos, y gracias.

Fernando García-Lima dijo...

Cuidado, que para ver las migas de pan en la oscuridad hacen falta linternas...

Un abrazo

Fernando García-Lima dijo...

Cuidado, que para ver las migas de pan en la oscuridad hacen falta linternas...

Un abrazo

Sâddha dijo...

Una vez escuché decir que la distancia más corta entre los seres humanos y "la verdad" es un cuento; y a mi es algo con lo que coincido bastante pues en esas pequeñas historias o fábulas se encuentran las grandes pero sencillas claves del saber vivir, por tanto si nos va de fábula, creo que no nos irá nada mal.
Un abrazo.

Fernando García-Lima dijo...

"sólo procura la felicidad" Pues como objetivo me parece muy alto. Sí que hacen falta alas para conseguirlo. ¿Dónde las venden?

Un abrazo

Pilardepiedra dijo...

Hola, este año quería felicitar a todos aquellos que os habeis pasado por mi blog este año de una manera más personal así que como para los bloguer lo más personal que tenemos en internet es nuestro blog, aquí estoy, ¡Feliz Navidad!, espero que este año sea muy bueno para ti. Besos

A través del espejo dijo...

Muchas gracias, Pilar. Y a Fernando y a Saddah, por haberos acercado hasta esta entrada.
Felices Fiestas a todos, y ante todo, salud!!