domingo, 8 de febrero de 2009

De Ballenas y Hombres


Hay 88 constelaciones según la tradición. Una de ellas lleva tu nombre. De modo que eres una más entre los dioses.
Los antiguos, mucho más conscientes de su pequeñez ante los seres de la Naturaleza que las gentes de hoy, te veneraban. El Sol, la Luna, las estrellas, el Día, La Noche, el Rayo, el Trueno, la montaña, el río... el Océano.

Imagino con curiosidad esa época en que los humanos nos ganamos ese nombre por, entre otras cosas, necesitar trascender. Me encanta la Historia, la Prehistoria, la Paleontología. Y una de las cosas que más me atrae es conocer detalles sobre cuándo y cómo fuimos llenando de mitos nuestra existencia.

Es como si nuestras primeras explicaciones sobre qué somos hubiesen consistido en anular nuestra capacidad de ser libres, sometiéndonos al capricho de fuerzas superiores, que debían poseer conciencia propia. Hubo una época en la que incluso algunos animales merecieron también tal consideración: El mamut, el oso, el león... y tú.

Uno de los libros de enseñanzas más antiguo que recoge la tradición de la que procedemos contiene un relato especial. Este relato es una alegoría sobre la identidad, la conciencia de lo infinito, la Muerte, la Fe, preguntas esenciales del ser humano, sobre mil cosas... sobre ti.

No puedo negar que te admiro. Quizás te hayamos sobrevalorado, por la fascinación que ejerces aún en cada nueva generación. Sólo puedo hablar por mí cuando pienso que ese valor que te otorgo está en la paz que me inspiras. Es como si tu inmensidad, y el misterio del lenguaje en que te expresas, y la sencillez de tu vida, y tu don para jugar, y... tantas cosas que identifico con una existencia pacífica y feliz, fuesen un reclamo invencible para crear un vínculo perfecto contigo.

Es como si con cada salto, con cada canto, con cada juego, estuvieses enseñándome el camino. Como un maestro que no sabe que lo es, y ofrece respuestas esenciales sin siquiera saberlo, porque le basta con ser como es.

Eres lo que haces.

11 comentarios:

Majo dijo...

Una entrada poética y preciosa, A_través...

Te recomiendo ponerte una licencia de esas de Creative Commons, no te la vayan a robar...

Aprovecho la ocasión para enlazar esto

Feliz noche domingosa.

Rosa dijo...

Estoy con Majo, que bonito texto, de verdad.
Tras esta lectura comienzo el lunes un poquito más feliz.
Gracias.
(No es peloteria, que ya sabes que no me mola nada. Lo siento y te lo digo. No hay más)
Besos.

Paula dijo...

Se palpa el cariño con el que has escrito y plasmado la fascinación que te despiertan estos seres.
He llegado a escucharte, relatando con una voz cadenciosa, suave y pausada cada palabra. Y por un momento, mi mente me ha jugado una pasada haciéndome adivinar, por un segundo, el resoplido de una ballena satisfecha.

Cris dijo...

Vaya, qué bien. He leído antes la entrada de Majo y ahora la tuya. Entre los dos me habéis hecho sentirme bien, con todo lo histérica que estoy estos días con mi examen...
Besos

A través del espejo dijo...

Pues nada; muy agradecido porque hayais compartido esas buenas sensaciones... y por el enlace!

Recuerdo cuando veíamos "Mundo Submarino", con el Capitán Cousteau llevando al Calypso a visitar a las ballenas corcovadas... las imágenes azules, la voz del narrador, el ruido de las burbujas, el sonido de las "canciones", y como dice Ayla (mil gracias por el pps) el sonido de los surtidores al respirar.

Todo acababa haciéndose hipnótico. Un buen rato de "cuelgue" las tardes entre semana... que lo mejor no se aprende en la escuela.

A propósito, mucha suerte! que sé que andais de exámenes. (aquí va un icono con cara de canguelo y dedos cruzados).

Rosa dijo...

y a veces se aprende...a pesar de la escuela.
Besos.

Santi dijo...

Interesante entrada, y aficiones, curiosidades, cosas que te llaman.
¿Y la mitología griega? A mí me gusta así casi de fuera porque, bueno, parece como si hubiese un momento anterior a todos esos mitos en los que fueron colegas y se llevaron bien, sin embargo… todo terminó en tragedia y distancia.

Hummm, las ballenas. Escribí varias entradas fascinado por ellas. No sé. Me llamó la atención que en tiempos vivieran sobre la tierra y el momento en que la abandonaron y perdieron los brazos, los abrazos; para mí las ballenas y el mar es la soledad y la muerte. Mas que soledad, la incapacidad de comunicación. “Soledades cetáceas” creo que lo llamé, y hablaba de alguien que un día soñaba con las redes y los arpones, y otros… otros con ese pesado intento de llegar a alguien, lamentando haber perdido esa capacidad y tener que conformarse con el roce esporádico del fondo del mar.

No sé, ya ves, y es lo interesante, cómo una misma cosa puede provocar distintos estados anímicos.

“Eres lo que haces”. Si te hacen daño y atacas; si te hacen daño y te alejas; si te hacen daño y te dejas; si te hacen daño y juegas.
Abrazos pensando en el reflejo de tu espejo.

A través del espejo dijo...

Pues muy interesante, como de costumbre, AntWaters, tu visión.

También a mí me intrigó eso que tan bien has expresado de "perder los abrazos", y me hizo pensar en el tacto, y en el contacto, en días como hoy, que se me caen los abrazos en la distancia... y si su mente aún guardará un ancestral recuerdo de las manos y de los dedos, suponiendo que alguna vez los hubiesen tenido... y decidí creer que no, que nunca los tuvieron, y que no pueden por tanto añorarlos.

Que igual que perdieron la facultad de apretar a un ser amado contra sus cuerpos (aunque deberías ver imágenes de cómo juegan, cómo bailan, se enroscan, se rozan, y dudarías, como dudo yo) igualmente perdieron el deseo de hacerlo, y no hay en ellas frustración ni carencias, sino otra forma de dar cariño, más allá del tacto, ni mejor ni peor, sólo diferente a la de los que no somos capaces de imaginarnos sin abrazos.

Y quién sabe si esos cantos suyos no pueden expresar emociones mil veces más complejas y profundas que todas las palabras de nuestras lenguas... precisamente porque no pueden hablar con abrazos...

Por eso me resisto a ver el mar como la muerte, ni a las ballenas solas por mudas ni por mancas.

Santi dijo...

:) :) Ooohhh, tampoco yo las veo así; es la sensación que me producen a mí. ¿o sí que las veo así? A mí me encantan las ballenas, y si me encantan es porque entiendo que no están sólas; imagino que es de haber pensado que una vez quisieron morir y encontraro otra forma de vivir.

Que, vamos, no te preocupes que con mi forma de expresarme normal que ocurran estos malentendidos :)

Besos proyectados

A través del espejo dijo...

AntWaters, discúlpame por haber captado un sentido que no era el que querías expresar.

En cualquier caso, creo que ahora lo has precisado perfectamente.

Y oye, aprovechando esa parte tuya de "Waters"... nada. Nada como ellas!

Fernando García-Lima dijo...

Desde luego, no me pienso morir sin ver una... Queda por escrito.

Muy buena entrada!