viernes, 1 de agosto de 2008

Ser objetivo

¿Cuántas veces hemos hecho una lista de algo? Las mejores canciones, los mejores atletas, las mejores películas, los libros más influyentes, mejores actores y actrices... Aparte de las propuestas en los medios de comunicación, que en realidad intentan promocionar algún género de su mismo palo, o simplemente vender productos en un mercado, cuántos de nosotros nos hemos atrevido a organizar nuestros gustos en categorías... alguna vez.

Intentamos listas de mujeres y hombres más hermosos, sin darnos cuenta de que pretendemos imposibles. Creo que pocas cosas hacen más daño a la libertad de ser uno mismo que las modas, los gustos impuestos. Sí, da igual que se haga de una forma más notoria o más sibilina, porque al fin y al cabo todo ello responde a una intención, básicamente obedeciendo a criterios comerciales.
Que las personas necesitemos patrones de belleza o de bondad, categorías ante las cuales compararnos, e ideales a los que aspirar, nos hace caer en lo que para mí es un error. Ponemos nuestras ilusiones en cumplir con ideales ajenos, y si no conseguimos acercarnos a lo que creemos que debemos ser, es que no servimos, somos mediocres, normales, del montón.
Vaya sarta de estupideces.

Cuando escucho a alguien que intenta convencerme de que existe un patrón objetivo, un criterio que no es el mío ni el suyo para decidir qué es lo bueno, o lo hermoso, no puedo evitar sentir que esa persona se está perdiendo la mitad de la realidad. Ni siquiera cuando alguien defiende su propio criterio como el auténticamente objetivo.
La objetividad no existe en lo que atañe a las personas. Basta con cambiar el nombre "persona" por su sinónimo "sujeto": ¿Acaso puede un sujeto ser objetivo? ¿Por qué hay personas convencidas de que se puede ser objetivo, y no se dan cuenta de que lo que realmente pretenden es persuadirnos de que su punto de vista es mejor que el nuestro?

No es posible ser subjetivo con las matemáticas o con la física, por muy humanas creaciones que sean, porque tratan de la naturaleza del mundo. Pero acerca de la naturaleza humana nadie puede ser patrón de los criterios de otro.
Es tan real mi punto de vista como el de cualquiera, mientras respete la libertad de los demás, y estoy convencido de que todo aquél que intente convencerme de que estoy fuera de la realidad sólo porque mis gustos... o mis listas, no coincidan ni de lejos con las suyas, es porque no cree en la libertad de pensamiento.

2 comentarios:

maruxiña dijo...

Hola meu!!!!!

Pois sí, estou totalmente dacordo contigo, e como te explicas moito mellor ca mín non vou a engadir nada máis.

Gosto do teu blog neno.

Biquiños dende o buraco, jejejje

Chau guapiño

benjet/trams4 dijo...

Totalmente de acuerdo,también. A ver, no hace mucho oi decir a un compañero: Siempre me aparto de los que creen que las suyas son las únicas maneras posibles y admisibles.

Y dentro de esa manipulación/conspiración a la que nos someten, quieren someternos, ellos sacan su propia respuesta-salvación, promocionando lo subjetivo, lo personal, lo individual, frente a lo colectivo, a la moda, al pensamiento único lo que, no irónicamente sino premeditado desde el más lujurioso interés, pretenden difindir.
No sé si me he explicado. Resumo: promocionan la moda y el pensamiento único mediante una gran manipulación. Después quieren hacerte ver que tú eres tú y tu individualidad estápor encima de los otros- paradójicamente- y queriéndote convertir en alguien fuera del rebaño, crean otro rebaño que pasa a formar parte del gran rebaño. Es la manipulación del poder y detrás de eso: la pela, negocio, puro y duro. Beeeeee.