jueves, 7 de enero de 2010

Así me Lucía con el Sexo

Cuando pienso en hablar de sexo en seguida me tengo que parar a elegir las palabras. Qué vocabulario voy a utilizar, porque tengo especial interés en salvar el tabú. Me encantaría estar seguro de que puedo reflexionar sobre el sexo, o sobre su influencia en otros asuntos humanos sin preocuparme de las formas. Sin preocuparme de que las formas acaben llamando más la atención que la propia materia en la que quiero profundizar.

Por ejemplo, si voy a hablar de sexo aquí, en un sitio público, delante de desconocidos (lo de “semidesconocidos” me hace tanta gracia como si alguien dijese “semiconocidos”), lo primero que me viene a la cabeza es “no puedes hablar en primera persona, es comprometido”, o también “no tienes por qué hablar en primera persona, aunque acabarás diciendo generalidades y sacando prejuicios”. Es difícil para mí organizar lo que quiero decir.

Que dé igual. Eso espero. Allá va, como salga:
¿Cuánto puede pesar el sexo en una decisión? Quiero decir en realidad ¿cuánto puede pesar la necesidad de sexo en la voluntad de alguien?
Sexo, voluntad, actitud, comportamiento, deseo, carencias, necesidad… Rápidamente pienso en Freud, que si ha pasado a la Historia por algo es por tratar el tabú cara a cara. Otra cosa es apostar por que haya acertado en las causas, los procesos, o hasta en los métodos. Pero al menos intentó ser racional con aspectos de nuestra naturaleza que nos “desendiosaban”, lo cual siempre ha merecido mi respeto y mi atención.

A lo que voy. ¿Cómo puede una persona estar segura de que un acto suyo, una decisión, una intención, no está determinada por un impulso de deseo sexual más o menos explícito? Me refiero ante todo a actos en las relaciones con los demás, por supuesto.
Al poco de hacerme estas preguntas caigo en la cuenta de que es una chorrada, porque son preguntas retóricas. Claro que pesa, da igual cuánto. Sería fantástico (Punset aquí diría “amazing”) anticiparse. Ser consciente es la primera ventaja que tiene. Conocer el hecho, estar plenamente consciente en el momento exacto. Eso es “saber”. Anticiparse es el primer premio, cronológicamente, que nos da el saber, el ser conscientes.

Imaginad que podéis saber (no reconocer a posteriori, que eso podemos todos, aunque los haya que ni con ésas) que estáis pensando en algo, tramando, preparando, una estrategia hacia alguien (una simple conversación al teléfono, sin más) condicionados por la relación sexual que mantenéis con esa persona*, y que podéis desestimar hacer o coger esa llamada porque tal condicionamiento os perjudica u os va a perjudicar en el verdadero interés por el que buscáis esa conversación. Es fascinante, ¿no?



*Porque todos, lo reconozcamos o no, tenemos relaciones sexuales con un montón de gente que nos atrae: Pueden ser por pensamiento (casi todas), por incomparecencia de uno de los participantes (y se recurre a la imaginación y a los “idiomas”… alemán, generalmente: alemano derecha o alemano izquierda, y gadgets cada vez más surtidos), por obra (las menos)…
Pensad (vaya, estoy evitando la primera persona…) en un compañero de trabajo (da igual jefe, compañero o subordinado), en un pariente tal como cuñado, sobrino, tío, o incluso primos, en vecinos, comerciantes habituales, compañeros de estudios, ídolos del cine, la tele, etcétera. Y escuchad ahora a vuestra voz interior (cada uno a la suya, mejor). Ésa que os dice a sabiendas de que nadie la va a oír nunca “a ésa/ese me la/lo tiraba en un aquí te pillo”, o “quién te pillara por banda, maaadre míarrrrr” (acompañado de un aumento en la secreción adrenal y por qué no, en la salivación… ¿acaso no cantaba Manolo Escobar “que te viá comé, que te viá comé…”). Pues eso.

Es una obviedad decir que el sexo nos condiciona mucho en todo, desde lo más cotidiano hasta lo más espiritual. Porque no tenemos un cuerpo. Somos un cuerpo. Incluso Sánchez Dragó, por muy metafísico que pueda parecer, vive al parecer con felicidad el sexo tántrico. No pondré enlaces sobre eso porque no quiero que se me derrumbe el blog en una explosión mística.

Bueno, sigo. Que esta entrada viene a cuento porque estoy convencido de que siendo como es un tabú, no estamos dispuestos a admitir casi nunca que el sexo no ya nos condiciona, sino que nos determina.

Sobre todo cuando, en contra de nuestra sabia naturaleza, se nos hace tan escaso que parecemos como el que se arrastra por el desierto persiguiendo espejismos. (Mierda! La primera persona!)

14 comentarios:

Majo dijo...

Conoces mis reticencias hacia Freud, y que al fin y al cabo no fue tanta "desgracia" no bajar aquella esquina cercana a Wäringerstrasse. Todos tenemos esqueletos en el armario, y prefiero creer que cuando dijo que "los pacientes son gentuza", y calificó de histéricas a mujeres víctimas de abusos sexuales (aquí y aquí)fue simplemente por ignorancia y que hoy no hubiera dicho algo tan desafortunado...

Y sí, de casi todo se saca algo en positivo, y lo importante fue acercar a la gente a algo a lo que nadie se había atrevido a acercarse antes.

En cuanto al tema central, de acuerdo totalmente (creo haberlo entendido, y leí dos veces). Pienso que hasta cuando hablamos del tiempo con una persona del otro sexo (o del mismo si es el caso), si hay especial feeling (que podría decir Punset también, jeje), puede ser en realidad una conversación enmascarada, y de hecho tener una sucesión de imágenes de toda índole transcurriendo por nuestra cabeza, en plan film de esos de antes, con barras negras y agujeritos, mientras decimos que nieva, llueve o hace viento. Un especialista en comunicación no verbal sería capaz de verlo, y otro en comunicación verbal, de captarlo, jeje.

No creo que sea nada vergonzante sacarlo tanto, transparentarlo tanto, desearlo tanto. Como suele decirse, nos hace más "vivos", y si se está vivo y no se colea, pues ya se coleará.

Saludetes.

Rosa dijo...

Respecto a Freud, yo también le respeto porque a pesar de los errores cometidos y que no podemos descontextualizarlos del momento en el que se produjeron, el trasfondo que sustenta el psicoanálisis, que no es otro que la necesidad de conocer nuestras dependencias emocionales como paso previo para poder superarlas, pienso que fué revolucionario y una gran contribución que dio un giro a la psicología.

Sobre lo sexual es interesante lo que dices, y sí yo también creo que tras muchos actos se esconde, consciente o inconscientemente, un deseo sexual.

Pero, no se por qué me ha venido a la cabeza mientras te leía que también tras ese deseo de follarte a fulanit@ o a menganit@ también se esconde algo, no??, o es simple satisfacción sexual lo que se busca?. No se, puede que haya momentos en los que la respuesta séa sí, sin más, y otros en los que no séa tan sencillo.

En fín, no trato de llegar al por qué de los por qués, es simplemente......que me pregunto.

Besos.

Mr. Brightside dijo...

Hipotética y posiblemente irreal conversación mantenida por messenger el día 6 de enero por dos personas que supuestamente no conozco:

-Ey, ¿qué tal las navidades?

*Bien, muy ajetreadas, por fin puedo descansar...

-¿Y los Reyes? A mí no me han traído nada, como no me he ido al pueblo...

*Puf, pues igual estoy yo, al final me he quedado en casa, así que nada de regalos.

-Anda que... vaya dos... ¿entonces estás pasando el día solo?

*Sí, ¿y tú?

-Pues también, hoy no me apetecía ver a nadie, he aprovechado para hacer unas cosas por la mañana y ya tengo toda la tarde libre...

*Yo me he levantado tarde porque hoy no tengo nada que hacer.

-Bueno, yo voy a comer ahora, pero si quieres después seguimos hablando.

*Claro...

Lhotse dijo...

Vaya, casualidades de la vida. Cada día que entro en este blog más coincidencias superlativas.
En mi casa se nos ha puesto a Freud de primero, de segundo y de postre. El psicoanálisis ha sido el padre nuestro de cada día.

A día de hoy discrepo con Freud en según que cosas. No le duró la vida lo suficiente como para abarcar la problemática de la mujer, ya que se centró mayormente en el hombre. No obstante, el centro de toda su teoría: la sexualidad, he tenido ocasión de ratificarla a lo largo de toda mi existencia.

Como tú bien dices, nos determina, es lo que somos. Por mucho que lo vistamos de distintos colores y formas, siempre está en el transfondo de todo. Ya lo decía Freud: La pulsión no tiene objeto y el deseo nunca se satisface. Y sin embargo, en eso consisten nuestras vidas, en tratar de satisfacer el deseo.

Por cierto, sólo por comentar un pelín el comentario de "Majo": cuando un analista dice de sus pacientes que son un plomazo, para mi es lo de siempre: una transferencia en toda regla, un estar viendo reflejado en el paciente cosas que no toleran en sí mismos.

Besos y, a pesar de lo "controvertido" (que ya ves tú) de la entrada, me ha parecido un tema muy interesante.

Cris dijo...

Hola semiconocido! (jajaj)

Como nadie habla en primera persona pongo yo los ejemplos, aunque sé que voy a quedar fatal:

1. No quería nada serio con él, y como él se estaba enganchando, decidí cortar el rollo por lo sano. Un mes después, el cual me había pasado a dos velas, decidí retomar la no-relación, cosa que no habría echo en otras circunstancias.

2. El hombre de la ventanilla del banco tiene un trato distinto conmigo, con mi amiga E. y con cualqueir otra jovencita que con el resto de clientes.

3. Hay un camarero que me mola. No le conozco, sólo me entró por los ojos, pero es suficiente para hacerme parecer idiota cada vez que me habla y sólo me sale contestar monosílabos con una sonrisa absurda.

4. La idea que tengo de una persona que conozco sólo por internet (estudié en la UNED y se hacía todo a través de foros, etc.) puede cambiar, o al menos "matizarse" cuando le conozco en persona o por fotos.

Bueno, y ahora que ya te tengo que estar pareciendo lo peor, añado otra cosa:
Creo que el sexo condiciona mucho la relación con todo el mundo, pero también el físico sin que ello implique deseo o falta de este. Una cara, una estética concreta, etc. puede resultar especialmente simpática o amable y determinar el trato.

Y dobre Freud... Pues no tengo nada que decir. Bueno sí, que me molesta mucho que cuando lo escribes en word te lo corrija automáticamente con freid.

Besitos.

A través del espejo dijo...

Hooola,

Majo,
Con Freud imagino que le aplicamos eso de que "la Revolución devora a sus hijos". O lo de que el que abre la puerta para que entren los demás no es el que más lejos puede ver adónde conducía.

Si en algo evolucionó el psicoanálisis es en el tratamiento de las personas a las que se aplica, que pasaron de ser "pacientes" a "sujetos". Se pasa de una intervención sobre alguien pasivo a una interacción, en plan mayéutica. Se ha reconocido que el propio psicoanalista debe ser psicoanalizado, cual trabalenguas, para no olvidar el principio de que el observador determina el estudio.

Pero esto ya lo sabíamos. Solo era cuestión de recordarlo, ya que Freud no es un Dios ni un fin en sí mismo, ¿verdad?

Rosa,
La parte en que apuntas que muchas veces el deseo sexual puede acompañar "algo más" me interesa. Lo dices bien, que no sea simple satisfacción sexual lo que se busca. Ahí hay mucho que rascar, cierto. Pero me cuesta ahondar, supongo que te puedes referir a cosas como relaciones de "poder", puntuales, efimeras, o más o menos duraderas, a través de la relación sexual. Como dependencias que proyectan tales relaciones de poder en la vertiente sexual, y viceversa, con la transgresión que el sexo nos permite sobre lo convencional.
Si no es eso, perdón por el rollo, jeje.

Mr. Brightside,
Pueeesss... vale?? Creo que entiendo lo que has querido decir. Creo. "Hipotética", "supuestamente", "irreal", "no conozco". Estooo, eres un cabrito!! eso no se hace. Al menos me has hecho pensar, y seguir pensando. Gracias.
... Gracias??

Lhotse,
No sé si "he tenido ocasión de ratificarla a lo largo de toda mi existencia" es un lamento o una satisfacción, aunque imagino que habrá de todo, y espero que al menos te haya servido para crecer... mi cantinela de los últimos tiempos.

Lo de la pulsión y la insatisfacción como motor y resultado respectivos de la vida, creo que ahí es donde he encontrado la mayor aportación de Freud precisamente. En que sus estudios sobre lo sexual han traspasado el ámbito de la medicina y tocan una parte fundamental del concepto de "ser humano": Ante todo, somos animales: Territorialidad, propiedad, posesión, pertenencia, arrebato, enajenación transitoria, ansiedad, excitación... son todos rasgos carnales.

Cris,
Me has hecho reír, semi... semiconductora??
Lo de saber que vas a "quedar fatal" y lo de "ya te tengo que estar pareciendo lo peor" dice muchísimo, o me lo parece a mí, de la idea que yo creo que tienes de mí, y sobre todo de la que crees que yo tengo de ti.

Me hace gracia, pero no es como una burla. Sino que... somos "semiconocidos"!! Jajaja. Qué más da! No estamos aquí para juzgarnos, ¿no? Eso sería como... como aprovecharme de la generosidad que hay en querer contarlo. Además, cualquiera puede mentir, y cuánto más en este formato! Si no lo has hecho, no soy nadie para juzgarte.

Te agradezco los ejemplos concretos. Para mí son siempre la manera más clara de entendernos.
(Ah! y lo de "Freíd" me pasó a mí también. Las dos primeras veces me fastidió, luego ya me dió por reír).

Besos, besitos, besines y saludetes a tod@s!

Cris dijo...

No estamos aquí para juzgarnos, claro que no. Al contrario. Se presupone un juicio bueno de entrada, por leernos, tratar de entendernos y blablabla. Estamos aquí para sabernos liberados y comprendidos. Supongo que visto desde fuera somos como una pandi de neuróticos que nos damos coba unos a otros...

El caso es que no me refería a que tú tengas una idea mala de mí, sino a mi inevitable manía de ponerme a contar mis defectos en vez de mis virtudes (que las tengo aunque no lo parezca :P )

Y sobre lo de hacer gracia, el otro día me dijo mi hermana que tengo "la cruz de ser graciosa", aunque esté contando desgracias. De hecho, me lo dijo a cuento de lo que hablas en tu entrada: un chico que me sigue la bola, y ella opina que lo hace porque le hago gracia. En fin. Mi vida es un chiste, qué le voy a hacer.

Semibesitos!!!

A través del espejo dijo...

Hey, Cris,
Qué interesante me ha sonado lo de que somos una pandi de neuróticos que nos damos coba unos a otros. Me he dejado aparte lo de "vistos desde fuera" a propósito.

Y me he dicho: "Eso me lo tiene Usted que explicar". Desde fuera ¿del mundo blog?... desde fuera ¿de la pandi?... desde fuera ¿de la neurosis?...

Y ya, cuando llegué aquí me dije: "Para neurosis la tuya, chaval". Y se me ocurió pensar que si aplicar tanta racionalidad a todo, ese empeño mío por desentrañar los por qués de la cosa más simple dicha con la menor de las intenciones, no es en sí mismo una neurosis.

Y seguí pensando en mis mecanismos de defensa (que yo también los tengo, y me los reconozco a mi pesar y sin abogado), y me propuse pensar de una vez en serio, o al menos durante una racha larga, que mi afán por racionalizar y poner palabras a todo lo sentido, a todo lo expresado, es realmente una respuesta torpe y obsesiva al terror:
A aceptar que es imposible conocer a nadie de una forma cierta o definitiva. Y por tanto tampoco a nosotros mismos, y la inmensa soledad que eso significa.

Y después pensé que así es, y que mucho antes que yo a muchos se les habrá ocurrido y han seguido yendo a trabajar, y jugando con su hijo, y viendo pelis que ya vieron, y no se ha acabado el mundo.

Y me dije: "Seguramente, soy semineurótico". ;-)

Cris dijo...

Jajajaaja!
Sí, me refería justamente a eso, a que tenemos vidas supuestamente iguales que el resto, pero hay quien las vive sin más y quienes buscamos explicaciones y damos vueltas a todo.
Por eso hablaba de cómo nos deben ver desde fuera de la blogsera. Estoy segura de que si alguna de mis conocidas (con quienes no puedo dejar de atender al filtro de mis pensamientos) asomara la cabeza por aquí, le pareceríamos todos unos flipados. Por no decir neuróticos que veo que suena demasiado chungo.

Besitos enteros.

A través del espejo dijo...

Bueno, plantéate esto:
Si los que estamos dentro lo vemos de esa manera, digo yo que será que sabemos a ciencia cierta que es así porque para eso entramos... ¿Entramos a sabiendas de que dentro no hay "filtros de pensamiento" (me encanta ese nombre)? ¿o lo descubrimos una vez dentro?
¿Y qué pasa con los que "se asoman"? ¿Llegan a quitar el filtro?
Ahí va mi apuesta: Cuando dije, y digo, que las personas nos parecemos más de lo que reconoceríamos, entre otras cosas lo digo por esto. Porque todos, incluso las/los más superficiales, con las condiciones idóneas, se quitan el filtro. Nos quitamos el filtro.

Pero claro, para eso hay que estar dentro. Y confiarse. ;)

Rosa dijo...

Sí, podrían ser relaciones de poder o de sumisión, en fín yo lo veo relacionado con la satisfacción de carencias, subconscientes claro. Ves? Freud viene otra vez aquí al pelo :D
Besos

Pilardepiedra dijo...

Buenas...,
Hace unos días leí esta entrada y al leerla me quedé sin saber qué decir, y supongo que será porque estoy conforme.
Pero te voy a confesar qué me ha ocurrido durante estos días desde que lo leí. Me he estado acordando de esta entrada todo el día, porque no se me quita de la cabeza, y cada vez que la recuerdo me harto de reir, la puñetera canción que mencionas de Manolo Escobar "qué te viá comé, que te viá comé, que te viá comé", jajajja. Me hizo un monton de gracia al leerlo, y se me ha quedao grabao. En fin, solo se me ocurre decir esto, jajaja.
Besos

A través del espejo dijo...

Holas "aguéin",

Rosa,
Sí, así lo veo yo también. Algo que me maravilló en el psicoanálisis es el fundamento de que (estooo.... Jerónimooo!!!) hay un plano consciente, otro subconsciente y otro inconsciente.

Que la gente nos hayamos ido acostumbrando a estos términos nos permite hoy día poner palabras a algo que antes quizás solo eran intuiciones o sensaciones, y ahora parece de lo más racional.

Como por ejemplo, reconocer en el plano consciente impulsos relativos a carencias que promueven relaciones de dependencia.
¿Has visto qué nivel de retorcimiento podemos alcanzar por encontrar razones para todo? Desde luego, si el patrón de esos impulsos es alcanzar la felicidad, yo respondo que así no nos acercamos ni de lejos.
Pero en fin, es nuestra naturaleza.
Besos resignados.

Pilar,
Jajaja!! Además te diré una cosa. Yo es pensar en Manolo Escobar y de repente aparecen David Bisbal y Jose Mota haciéndole los coros. Por no hablar de los ballets (?) que le acompañan en esos "peaso" programas de las autonómicas en los que parece que están fijos en nómina...

La cuña de Manolo Escobar está puesta ahí con toda la intención: Puse como tema acompañando a la entrada el archiconocido "Je t'aime...", y en ese momento no se me ocurrió cosa más "antisexy" que esta canción.
Hija, es que es oír el chorrovoz de Don Manolo y pensar en un troglodita con una maza persiguiendo a lo Benny Hill a una moza voluptuosa (eso sí, con el pelo de agua oxigenada).

... deberían psicoanalizarme...

Besos a cámara rápida.

Pilardepiedra dijo...

Pues si fuera tu terapeuta, seguro que me reiría muchísimo contigo, jajaja.
Chao Beni