viernes, 6 de marzo de 2009

Dentro y Fuera

Hasta que supe lo que es "estar dentro", una "entrada" sólo era un término del béisbol por la que un equipo tenía una vuelta completa al campo, alrededor del "diamante". En fin, ¡cómo cambian los tiempos! Hoy, caminando por la calle, vi una nota pegada al cristal de un escaparate. Decía "Vendo Wii Chipeada"... y eso. Que ya no es sólo la cuestión de siempre de que los mayores no entienden a los jóvenes. También es que los de "fuera" no entienden a los de "dentro".

Si estás "dentro", para ti ripear no es ningún misterio. Menos aún craquear. Pero con ésas, ni falta que te hace saber nada de esto cuando entras en una nueva dimensión. Y no exagero (pese a mi tendencia). Así la veo yo, un Universo completo en 4 dimensiones, pero que se va como vino: Apretando un botón.

Eso es el Universo Blog. Cada blogger es un lugar, y sus "entradas" estados de ánimo, sitios que visitar en los que comprobamos cómo se demuestra, una y otra vez, que leer es viajar, y comprender es acompañar. Eso es.

Una nueva manera de estar juntos sin tocarse, sin olerse... pero viéndose y escuchándose por encima de los sentidos. ¿Mejor? ¿Peor? No entraré en eso, me parece subjetivo, sujeto a la experiencia de cada cual con el contacto humano y la comunicación.




Ahí estamos. En nuestras "entradas" y en los comentarios a las ajenas, y en los comentarios propios a los ajenos... ¿Son más posibilidades o menos, para conocerse, que desde "fuera"? De nuevo, lo veo subjetivo. No me parece un asunto de cantidades, sino de diferencias. O es simplemente un cambio de factores que no altera el producto. Me refiero sencillamente a que "fuera" las sensaciones, los sentidos, influyen en la percepción intelectual del "otro". Mientras que "dentro", es la percepción intelectual la que determina las sensaciones.

Y es por las formas. Por el aspecto formal del asunto. El envoltorio, la presentación... llamémosle "X". Ya no es la forma de andar, el perfume o el desodorante. No son los zapatos, ni el estilo al combinarlos con un cinturón o con un bolso. No es ni siquiera el tipo de risa, o su ausencia... "Dentro", es la plantilla, la combinación de colores. Son las etiquetas, o el interlineado. Es el criterio para delimitar párrafos, y el estilo más o menos coloquial. Y las imágenes.

Y además, está la "chicha", claro. Todo está en las entradas. Los temas, las preferencias, los gustos, las manías... la actitud y la respuesta al halago, a la adhesión, a la crítica, al insulto... Como "fuera", igual. Qué Mundo tan fascinante.

Pero entonces... ¿por qué es tan difícil hacerlo compatible con el de "fuera"? ¿Por qué ocurre tan a menudo que entran en conflicto? (lo suficiente como para hacernos sentir obligados a elegir entre ambos). Si "sólo" es apretar un botón... Algo me dice que es por mucho más que por tiempo.
En fin. Quienes habeis elegido quedaros "fuera", ya me lo diréis. Algún día. Fuera...





... o dentro.

10 comentarios:

Majo dijo...

Holita, Espejo ;)

Formulas la pregunta del millón:"¿por qué es tan difícil hacerlo compatible con el de "fuera"? ¿Por qué ocurre tan a menudo que entran en conflicto? (lo suficiente como para hacernos sentir obligados a elegir entre ambos). Si "sólo" es apretar un botón..."

No voy a entrar en deliberar ni juzgar que hoy día haya personas que prefieran robar horas al día (o a la noche)para, "en vez de" estar con sus parejas, hijos o simplemente haciendo otras actividades más "de las de toda la vida", estar leyendo en Internet, foreando, comentando o chateando.

¿Qué es lo que tiene todo ésto que rompe los esquemas y atrapa de esta forma? ¿Qué diferencia hay entre la gente a la que no vemos pero intuimos y la que vemos pero no queremos a veces ni intuir?

Yo lo veo todo fascinante, adictivo. En un tiempo de mi vida reciente prefería estar hasta altas horas chateando que donde "debía estar". ¿Qué había en esas conversaciones -en muchas ocasiones vanas y llenas de iconos nada más- que me atrapaba de tal forma?

Si luego todo es lo que tú bien has dicho: apagar un botón y dejar de existir, que no morir. Y que los otros dejen de existir también.

Lo he pensado y reflexionado muchas veces, tal vez demasiadas... ¿qué permanece en el momento en que apagamos el ordenador? ¿Acaso ecos de conversaciones que no podemos tener en nuestras vidas a menudo rutinarias? No tiene por qué. El mundo "de fuera" está lleno de gente interesante a la que no nos han presentado. Pero claro, no nos sentamos en un bar ante una birra y nos podemos a recitar poesía, ni nos permitimos la licencia de hablar y tocar temas trascendentales. Quizás sea vergüenza, reparo. Todo sería intentarlo.

Leí hace poco en un blog que alguien decía: "esto que he contado sería incapaz de contarlo fuera de este ámbito".

Y así, dejamos ver nuestros gustos, más de lo que los dejan ver nuestros aspectos, cabellos, ropas, coches, a menudo "uniformados" por la globalización.

Aquí somos más nosotros, porque todos somos iguales, no existe el rasante y no existen las primeras impresiones. Nadie es guapo ni feo, todos partimos del mismo sitio. Abogados, administrativos, agricultores, psicólogos.

Gente con la que te pararías en un Stop y pensarías "menudo coche lleva ese, y yo con este tan pequeñito".

Y sin embargo, aquí todos somos gente, simplemente. Sin sentirnos "más" o "menos" que...

Uff, lo dejo aquí. Ya mejor sigo en otro momento, que seguro que hay mucho que decir, y tampoco quiero acaparar todo el espacio :$.

Besets

A través del espejo dijo...

Hooola, maja Majo!

Gracias por el comentario-entrada! Sí, es claro cómo el anonimato parcial es de los mayores estímulos para liberar el Yo que queremos ser, porque baja nuestra cautela a ser heridos o burlados.

No me parece poca explicación para entender esa parte adictiva del mundo Blog... y de los foros del tipo Facebook, Hi5, etc.

Pero no dejemos de tener en cuenta algo fundamental: A poco que nos fijemos, que la curiosidad se canse, que el interés se esfume, y sobre todo, que las expectativas se frustren por la común tendencia a atribuir más valor a lo desconocido...

...acabando por caer en la cuenta de que casi siempre alguien es interesante sólo porque no se le conoce lo suficiente, es indiferente al lugar en que suceda:

Sea "dentro" o "fuera", en eso todos somos muy parecidos. Lo que nos limita no es el escenario. Somos nosotros mismos.

Y esa es mi reflexión. Un nuevo escenario para el contacto no tiene por qué servir para facilitarlo, por mucho anonimato que nos permita.

Y no deja de ser triste. ¿No crees?
;)

Paula dijo...

Buenas.....
En muchas cosas de las que habláis comparto vuestra opinión. Este medio nos permite abrirnos todo lo que estamos dispuestos a hacer y dar a conocernos ante los demás amparándonos en el anonimato, que así da la sensación de que nos protege, porque nadie nos pone cara, no nos pueden señalar por la calle, ni cuestionar esas cosas que exponemos.
Nos dá además, cierto poder de elegir los comentarios: si queremos que nos regalen los oídos, tenemos a nuestro alcance la opción de eliminar los comentarios que no nos gustan o incluso de volver nuestro espacio privado y aceptar sólo a aquellos individuos de nuestro agrado (así nos perdemos muchas cosas que nos pueden enseñar, pero bueno, está ahí)
Yo también me he sentido enganchada a todo esto. Soy más de andar leyendo anónimamente por ahí, tanto las entradas como las reacciones, sopesando las opciones. Lo que aprendes de la gente y sus reacciones, no se paga con nada. Y lo que descubres de temas que no sabías ni que existían, también.
Pero a pesar de que me parece muy interesante y muy atractivo, me sigo quedando con la opción de poder mirar a los ojos a la persona con la que hablo.(Una, que es de la vieja escuela)
;P

maruxiña dijo...

Hola, desde la feria del vino (se me perdone la lengua de trapo jijiji), comento que es posible estar dentro y fuera, hablo por propia experiencia.
Me voy que tengo un vino esperando...
Biquiños neno!!!

Majo dijo...

OFF-Topic

Ains, que antes (mejor dicho, anoche), se me olvidó hacer mención a una de las escenas ciniles que más tengo grabadas en la testa: ese Javier Cámara con los ojos entrecerrados y asintiendo con la cabeza al decir: "hable con ella".

Genial.

Cris dijo...

A ver si no me dejo nada de lo que quiero decir....

Me parece super interesante para intentar responder a tus preguntas la apreciación de Majo, de que aquí todos somos iguales, sin primeras impresiones, yo me muestro pero tú también. Estamos al mismo nivel. Eso en la vida "real" es muy difícil de conseguir, y pongo real entre comillas porque esto es al menos igual de real. Me explico:
En mi caso son totalmente incompatibles los dos mundos. Tan sólo dos personas, a las que nunca veo en persona, les dije hace poco que tenía un blog. Me daba vergüenza decírselo. Me daba vergüenza que me vieran tal cual soy. En persona estamos condicionados según el contexto (el trabajo, amigos, familia...) y el interlocutor (con mi hermana estoy siempre de cachondeo, pero mi compañera, con quien tb me llevo muy bien, me tiene por una persona seria).
En mi blog mando yo, lo tengo como quiero, elijo el color que me gusta, la música que me apetece (que muchas veces no tiene nada que ver con los cds q tengo en casa), vacilo cuando me siento vacilona y me quejo sin cortarme cuando vuelvo cabreada de una reunión de padres.
Eso es lo que engancha. Eso no se consigue con nadie. Ya lo decíamos en tu entrada anterior: si una amigo es alguien que lo sabe todo de mí, no tengo amigos.

Sobre Hable con ella, ais, me dejó una sensación extraña esa peli...

Besitos!

Fernando García-Lima dijo...

Yo intento compatibilizarlos y combinarlos, con más o menos éxito. Últimamente están entrando más en conflicto que antes, sobre todo por el tema del tiempo, pero he planteado el blog como una extensión de la realidad, donde explico mi interpretación irónica y sarcástica de lo que vivo fuera de mis cuatro paredes.

Así que es mi diario surrealista, o algo parecido. :-)

Un abrazo

A través del espejo dijo...

Hola a todos,

Bien. Estoy contento por vuestras aportaciones. En definitiva, me quedo con ese importante detalle de que no es tan simple como darle al botón y ya. Tenemos memoria, y reflexionamos, y aunque el botón esté OFF, nuestra mente es muy capaz de estar "dentro".

Quizás es porque (para bien y para mal) la conciencia no tiene interruptor. Y el tiempo que de hecho dedicamos a cada espacio deja de estar bajo control.

Felicito a quienes son capaces de no dejarse llevar. Yo, la verdad, no soy capaz. Y qué queréis que os diga... estoy encantado.

Hay gente "pa tó".

Majo dijo...

Aprovecho la coyuntura entradil para preguntarte:

¿tú ahora mismo por dónde andas, por dentro... o por fuera? ;)

Besets, abraçades, muaks, achuchones... (sin queja, ¿eh?)

Biquiños neno!!!

A través del espejo dijo...

Yo voy a rachas. No siempre tengo algo que contar en el blog. Y no siempre que tengo algo que contar quiero hacerlo.

A veces lo rumio. Otras lo descarto. Pero seguro que por muchas entradas que junte en el blog, siempre tendré mucho más fuera que dentro.

Biquiños sin queja, nena!!!