La segunda peli es un collage de historias que en su inicio parecen inconexas, pero que según se acercan a su momento culminante, coincidiendo con la Nochebuena, se van enlazando y resolviendo en conjunto, en un escenario en el Londres actual, como escaparate multicultural plagado de clichés que contribuyen a acentuar su intención de comedia sin mayores aspiraciones.
El guión atraviesa las relaciones padrastro-hijastro, esposa-marido, divo acabado-manager curtido, novia perfecta- amigo del alma, chica tímida-chico tímido, los dobles de cuerpo de una pareja de actores porno ( que da lugar a situaciones comiquísimas por el choque entre el exquisito trato que se dispensan los implicados y el hecho de estar en medio de escenas muy íntimas de profunda incomodidad en público ) ... e incluso bromea con la posibilidad del amor en el 10 de Downing Street, con un Primer Ministro soltero empedernido, cuyo romance con una empleada no pasa de ser una revisión amable de temas de actualidad-cotillil-política con críticas más o menos evidentes al rancio y tradicional sometimiento británico al "amigo" americano.
Para mí la peli se salva del blandorrismo típico de otras etiquetadas como "comedias románticas" precisamente porque no se toma en serio a sí misma, y evita profundizar en cuestiones como el desamor, el desengaño, la infidelidad, los celos, y tantas clases y variedades de amor, fraternal, filial, la amistad, el compromiso, la lealtad, en fin... Lo que es el amor, en realidad: Love Actually.
Una postal de Navidad simpática, que nos recuerda lo de "mejor con una sonrisa", totalmente opuesta al planteamiento casi metafísico que encontramos en Solaris.